Sin Uribe y sin propuesta: el desplome de De la Espriella

Sin Uribe y sin propuesta: el desplome de De la Espriella

Abelardo de la Espriella ha hecho del discurso encendido y la confrontación política su carta de presentación en el escenario nacional. Con frases de efecto y una retórica de “mano dura”, intenta posicionarse como salvador de una patria que, según él, atraviesa su hora más oscura. Sin embargo, tras el más reciente pronunciamiento de Álvaro Uribe Vélez —líder histórico de la derecha colombiana—, su precandidatura parece haber sufrido un golpe que la deja en jaque.

El expresidente Uribe fue claro en su cuenta oficial de X (antes Twitter), el pasado 18 de julio:

No puedo considerar ser candidato a la vicepresidencia. No seré yo quien le cree al país una discusión institucional, justamente ahora que buscan acabar con las instituciones.
— Álvaro Uribe Vélez 

Con esta declaración, publicada por diversos medios, entre ellos Infobae, Uribe echó por tierra las insinuaciones de De la Espriella, quien días antes había sugerido que una fórmula presidencial con el expresidente sería deseable e incluso estratégica. Su esperanza: capitalizar el peso simbólico del uribismo para catapultar su candidatura. Pero sin ese respaldo —ni político, ni emocional, ni electoral— el proyecto se tambalea.

Lo cierto es que, hasta la fecha, De la Espriella no ha presentado una hoja de ruta clara para gobernar el país. Su campaña parece apoyarse en tres pilares endebles:

1. Ataques constantes al presidente Gustavo Petro, reduciendo su discurso a una oposición visceral sin propuestas estructurales.

2. Narrativa de persecución, posicionándose como víctima de los medios, la izquierda, y lo que llama la “dictadura progresista”.

3. Apropiación simbólica del uribismo, sin contar con el aval real de su máximo referente.

La paradoja es evidente: mientras se esfuerza por presentarse como el heredero legítimo de una derecha fuerte y tradicional, el propio Uribe toma distancia. Y no solo él. La opinión pública también parece escéptica: en las más recientes encuestas, De la Espriella no supera el 1,1 % de intención de voto, ubicándose en los últimos lugares entre más de 70 precandidatos.

Esta precandidatura, nacida del escándalo y alimentada por la indignación, se enfrenta ahora al vacío estratégico. Porque gobernar no es solo agitar banderas ni gritar desde las redes sociales. Gobernar exige un proyecto de nación, un equipo técnico, una propuesta económica, y una mirada más allá del antagonismo.

Hoy, con la puerta cerrada por Uribe, sin estructura partidista, sin alianzas visibles y sin ideas de fondo, la campaña de Abelardo de la Espriella parece haber perdido no solo su mayor carta, sino también su razón de ser.

2 comentarios

  1. Jhon Angulo Gamarra

    En el caso específico de las acusaciones en contra de Alvaro Uribe, ya era tiempo que la justicia colombiana tomara sus decisiones imparciales en la realización de estos procesos judiciales, y no dar continuidad al cartel de la toga , que benia destruyendo, generando odios y guerra en nuestro pais

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