En redes sociales, columnas de opinión y discursos políticos, es evidente: la derecha latinoamericana —especialmente en Colombia— idolatra a Nayib Bukele. Lo llaman “el mejor presidente del continente”, “el único que se atrevió a poner orden”, y lo usan como ejemplo de autoridad, disciplina y patriotismo.
Pero mientras le aplauden, Bukele consolida un modelo que se parece peligrosamente a lo que la misma derecha denuncia cuando proviene de un gobierno de izquierda: concentración de poder, reformas constitucionales a la medida, ataque a la prensa independiente, persecución política… y sí, reelección indefinida.
Bukele va por su segundo mandato… ¿y luego?
En El Salvador, la Constitución prohíbe expresamente la reelección inmediata. Pero en 2021, la Sala de lo Constitucional —nombrada por el propio Congreso controlado por Bukele— reinterpretó la norma y abrió el camino para su reelección en 2024.
Ahora, con el nuevo Congreso dominado por su partido, no hay contrapesos reales. Bukele podría no solo ser reelegido, sino avanzar hacia una forma de gobierno permanente.
¿No era eso lo que tanto criticaban del chavismo?
¿Y qué dice la derecha latinoamericana? Silencio o aplausos.
Los mismos sectores que:
Critican a Petro por querer “modificar la Constitución”,
Gritaron “¡dictadura!” con Evo Morales,
Se rasgaron las vestiduras por el tercer mandato de Ortega…
…ahora aplauden a Bukele sin cuestionarlo, a pesar de que el guion es similar:
Control del Legislativo
Modificación o reinterpretación de la Constitución
Uso del aparato de justicia para perseguir opositores
Narrativa de “nos quieren sabotear desde afuera”
¿La diferencia? Bukele les cae bien. Y eso parece ser suficiente.
¿Referente moral o símbolo de conveniencia?
La figura de Bukele no es solo contradictoria, es reveladora. Lo que muchos sectores defienden no es la democracia, ni el respeto a la institucionalidad: es el poder, siempre que esté en manos de quien piensan igual que ellos.
Por eso, Bukele puede reelegirse, perseguir voces críticas, controlar la justicia y militarizar el país… y seguir siendo el “ídolo” de quienes, en otro contexto, denunciarían todo eso como autoritarismo
¿dónde están los principios?
Si algo deja claro el caso Bukele es que los principios democráticos para muchos son flexibles según el color político.
Hoy, la derecha teme que Petro quiera eternizarse en el poder, pero guarda silencio cuando Bukele lo hace en vivo y en directo.
La pregunta es simple:❓
¿Admiran a Bukele por sus resultados o por su autoritarismo funcional a la derecha?