
La tranquilidad de las veredas del municipio de Nueva Granada, Magdalena, ha sido reemplazada por el temor. En menos de tres meses, al menos cinco asesinatos violentos han estremecido a la comunidad rural, evidenciando una preocupante escalada de homicidios, panfletos amenazantes y señales de control por parte de grupos armados ilegales.
🔺 El caso más reciente: “El Chande”
El más reciente caso se registró en la madrugada del 12 de julio en la vereda El Chuzo, corregimiento de El Pueblito. La víctima fue identificada como Alexander Tapia Martínez, conocido en la zona como “El Chande”. Según versiones preliminares, sujetos armados le propinaron varios impactos de bala, acabando con su vida en el lugar.
Junto al cuerpo fue hallado un panfleto firmado presuntamente por las Autodefensas Gaitanistas de Colombia (AGC), que decía: “Por cuatrero. AGC. Sigan robando y seguimos matando”.
El hecho aún no ha sido esclarecido, y al cierre de esta edición no se conoce si las autoridades han iniciado investigaciones formales.
Este patrón de violencia no es aislado. El 2 de mayo, Miguel Barraza Mejía, alias “Barranquilla”, fue encontrado sin vida en la trocha La Tambora, cerca de la finca La Estrella. Su cuerpo presentaba heridas de arma blanca, múltiples disparos y signos de tortura. También tenía sobre el pecho un cartel con el mensaje: “EGC Presente. Por rata y sapo. Plomo, plomo”. El hecho ocurrió en la misma jurisdicción, y las autoridades no pudieron ingresar de inmediato al lugar por razones de seguridad.
En junio, otros dos crímenes conmocionaron a la comunidad:
Óscar Mugno Páez, reconocido ganadero local, fue asesinado en la trocha El Carretal, en un ataque sicarial que aún no ha sido esclarecido.
Alfredo Bolaños, un joven mototaxista, fue ultimado mientras se desplazaba entre El Pueblito Los Andes y San José de Ballesteros.
Más recientemente, el 9 de julio, el cuerpo de Jhon Gonzalo Giraldo Gómez, de 32 años, fue hallado con disparos en la cabeza en el sector rural de Carretal. Las causas y responsables del hecho aún son desconocidos.
📍 Cinco homicidios en dos meses
Estos casos ocurren en sectores veredales —Carretal, Tambora, El Chuzo, Los Andes— donde la presencia institucional es débil o nula. En todos, la comunidad ha coincidido en un punto: la ausencia de respuesta rápida por parte de las autoridades. En algunos casos, los cuerpos han tenido que ser levantados por familiares ante el temor de nuevos ataques y la falta de garantías de seguridad.
Fecha Víctima Lugar Detalles
2 mayo 2025 Miguel Barraza (“Barranquilla”) Trocha La Tambora Múltiples heridas, panfleto
15 junio 2025 Alfredo Bolaños (mototaxista) Vía El Pueblito – Ballesteros Ataque armado
Mediados junio Óscar Mugno Páez (ganadero) Trocha El Carretal Sicariato
9 julio 2025 Jhon Gonzalo Giraldo Gómez Carretal Disparos en la cabeza
12 julio 2025 Alexander Tapia (“El Chande”) Vereda El Chuzo Múltiples impactos, panfleto
🧠 ¿Justicia por mano propia o control criminal?
Aunque algunos de los panfletos señalan a las víctimas como “cuatreros” o “sapos”, organizaciones de derechos humanos advierten que estos mensajes no pueden tomarse como veredictos válidos. En zonas sin presencia estatal, cualquier persona puede ser señalada sin pruebas y ejecutada extrajudicialmente, bajo el pretexto del “control social”.
La aparición de firmas como “AGC” o “EGC” en los mensajes deja entrever una posible incursión de estructuras armadas ilegales en el territorio, que estarían imponiendo su ley y ejerciendo terror con fines de dominio.
🗣️ Clamor comunitario y silencio institucional
“Nos sentimos solos. Aquí no hay policía, no hay Ejército, no hay nadie que defienda al campesino. Si esto sigue así, la gente se irá del campo.”
Habitantes de estas zonas rurales —donde la agricultura y la ganadería son la base del sustento— expresan miedo y desesperanza. Las veredas de Nueva Granada parecen estar quedando a la deriva, sin garantías de seguridad, ni investigaciones visibles que ofrezcan respuestas.
🛑 Llamado urgente a las autoridades
- Reforzar la presencia estatal en las zonas veredales
- Investigar y judicializar a los responsables de estos crímenes
- Brindar garantías a las familias que hoy viven con miedo
- Activar planes de protección comunitaria en zonas rurales
- Garantizar el acceso de la prensa y defensores de derechos humanos
📝 Conclusión
La violencia en Nueva Granada ya no puede considerarse “casos aislados”. Los patrones son claros: asesinatos con sevicia, panfletos firmados, territorios sin control estatal y comunidades que viven con miedo.
Es urgente que el Estado actúe con contundencia y presencia. La paz rural no se consigue con silencio.
📎 Fuentes consultadas
- Análisis Urbano – Caso Barranquilla
- Hoy Diario del Magdalena – Barranquilla
- Santa Marta Al Día – Alfredo Bolaños
- Contexto Ganadero – Óscar Mugno
- El Callejero – Jhon González